En ese tiempo me preguntaba junto con Pessoa: ¿Conoceremos pues toda la oculta verdad de cuanto hay o fluye?
Es cierto que la suave enfermedad provoca reacciones inesperadas. Los textos de la Edad Media, que pueden ser equivocados pero son minuciosos, mencionan entre los síntomas de la melancolía una gama que va del ánimo pequeño (cuando el ser se retrae turbado por el compromiso de la existencia), y a la desesperación (cuando se tiene la vaga esperanza de estar condenado anticipadamente, y se ensimisma en la vaga contemplación de la propia ruina).
En aquel momento, pensaba –de nuevo con Pessoa- que la mujer es la memoria, no tiene verdadera realidad. La melancolía es algo que no se puede ver con claridad aunque sea claro que se trata de algo que uno padece. [+]