La literatura confunde a Anne Di, sobre todo por su lectura de los grandes románticos que elevaban a la melancolía a la categoría de sublime. Es entonces cuando conoce a un hombre, quince años mayor, que la anima a decidir su compromiso artístico. Anne Di lee por primera vez un poema de Rilke que, hasta el momento ha marcado su vida.
Unos contienen el vino, otros contienen aceites / En la bóveda ahuecada que delimitó sus muros. / Yo, pequeño y más delgado, me ahueco para otra exigencia: para complacer / las lágrimas que se precipitan. / El vino se enriquece y el aceite se sigue / refinando en el tarro. / ¿Qué pasó con las lágrimas? / Me apesadumbraron, me cegaron, / Mis corvas hicieron titubear, / Al final me hicieron quebradizo / Y me vaciaron.
Este hombre, el profesor danés Lars Olsen, traductor de Borges, introdujo también a Anne Di en la estética del artificio y la simulación. [+]