¿Qué papel juega la música en ese encauzamiento? Como todos sabemos, la música se conecta, de manera particular y única, con cada sistema emocional y afectivo creando una especie de traducción de las sensaciones y memoria individuales. Más allá de las teorías y métodos que se han desarrollado respecto a las posibilidades curativas de la música, conocidas como musicoterapia, la música en sí misma ha desempeñado esa función terapéutica. Obviando el hecho de que una misma melodía puede producir efectos muy dispares en cada persona que la escucha, encontramos que, a grandes rasgos, podemos identificar la música que nos induce a estados de alegría o euforia y distinguirla de aquella que nos provoca nostalgia o melancolía. La insistencia en escuchar la que nos provoca esto último podría verse como el ejercicio de un masoquista, sin embargo, más allá de esa primera impresión, y por tratarse de música que produce una vasta gama de emociones profundas y complejas, devela rasgos de nuestra personalidad que estaban ocultos. Conocerlos estimula el autoconocimiento y esto promueve que nos aceptemos y vivamos mejor. La música puede hacer mucho por nosotros los melancólicos.
Melancólicos Anónimos surge de la necesidad de abrir vías de comunicación para dialogar sobre cuestiones que afectan a muchas personas, minando la posibilidad de disfrutar lo que la condición melancólica puede ofrecerles en aras de lo profundo y sublime.
Anne Di Ricart y su asistente Ibon Aztarloa, fundadores de esta iniciativa, saben de lo que hablan pues lo han padecido y, habiendo encontrado un camino posible para mejorar, quieren brindar su experiencia y conocimiento del tema como una ayuda para aquellos que lo requieran, ofreciendo un servicio no lucrativo que no promete curar sino, más bien, orientar, compartir y fomentar el intercambio de ideas y vivencias. [+]