sobre la melancolia

La posibilidad de la esperanza es un fenómeno contradictorio en el melancólico. Si bien puede ser cierto que la melancolía guarda un carácter de desesperanza ante la realidad, ante lo inevitable de la muerte y la presencia del mal, también se puede afirmar que es en esta misma realidad donde la especulación del melancólico encuentra elementos positivos que rescatar, y así, rehabilitar. A través de la mirada clarividente del melancólico la realidad es iluminada bajo una nueva luz. Sólo radicalizando este proyecto de la melancolía y dejando atrás el modo introvertido, emancipado, de la contemplación se podrá dirigir esta nueva luz sobre el contenido positivo de la realidad, de este mundo deshumanizado y objetivamente brutal.

La mirada del melancólico transforma la realidad. Melancolía y el mundo de las cosas, el terreno de la materialidad que nos rodea, están íntimamente ligados. Las cosas, o por lo menos ciertas cosas, bajo la óptica del melancólico dejan de ser objetos simplemente para pasar a ser símbolos, entidades cargadas con algún enigma. La melancolía sitúa el mundo de las cosas en una nueva condición metafísica: como en una pintura de Giorgio de Chirico, los objetos, bajo la mirada del melancólico son solemnes, trágicos y misteriosos, capaces de generar sensaciones y sentimientos con su mera presencia. (Giorgio de Chirico, Some Perspectivas on My Art, pp. 248-9. [+]